Un día, un niño se acercó a su maestra para contarle los últimos chismes, de los cuales acababa de enterarse y que estaba seguro de que perjudicarían a un compañero, con el que no se llevaba bien.
-          Seño, ¡no sabes lo que hizo Milton!
Entró…
Antes de que continuara, la maestra le dijo:

-          Siempre que vayas a contar algo que te comentaron, tenés que pasar lo que escuchaste, por tres coladores:
·         El colador de la Verdad, que te permitirá estar seguro de que lo que vas a decir es totalmente cierto.
·         El colador de la Bondad, para que además de ser verdad, también sea bueno contarlo.
·         El colador de la necesidad, para que no sólo sea verdadero y bueno, sino también necesario decirlo.

Después de escuchar a su seño, el niño la miró desconcertado y se retiró, sin decirle nada.

(Adaptación de un cuento oriental)

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