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Mostrando entradas de abril 24, 2016

LA RANA QUE NO CREÍA EN LAS PRINCESAS

         Había una vez una rana que no creía en las princesas. Decía que bastante tenía con vivir en su charco y que no la molestaran. Otras ranas le preguntaban por qué no creía en las princesas y la rana siempre contestaba: -No creo ni en mí misma. -¿Cómo que no crees en ti? Si nosotras te vemos. -Y yo también me veo reflejada en el agua, pero esa no soy yo. -¿Y quién eres? -Nadie, no soy nadie. Al final las compañeras de charca la dejaron por imposible. Un buen día apareció cerca del lugar una joven y todas pensaron que era una princesa como las de verdad, porque también hay princesas de mentiras que por mucho que besen a una rana no se convierte en príncipe ni a la de tres, bueno, ya me estoy yendo por las ranas, decía que apareció lo que parecía ser una princesa de las de verdad. En seguida se reunieron ranas y sapos en el nenúfar más grande y más verde del pantano para echar a suertes haber a quién le tocaba ir en pos de la princesa y convencerla de que le diera

Emoción

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Un día, un niño se acercó a su maestra para contarle los últimos chismes, de los cuales acababa de enterarse y que estaba seguro de que perjudicarían a un compañero, con el que no se llevaba bien. -           Seño, ¡no sabes lo que hizo Milton! Entró… Antes de que continuara, la maestra le dijo: -           Siempre que vayas a contar algo que te comentaron, tenés que pasar lo que escuchaste, por tres coladores: ·          El colador de la Verdad , que te permitirá estar seguro de que lo que vas a decir es totalmente cierto. ·          El colador de la Bondad , para que además de ser verdad, también sea bueno contarlo. ·          El colador de la necesidad , para que no sólo sea verdadero y bueno, sino también necesario decirlo. Después de escuchar a su seño, el niño la miró desconcertado y se retiró, sin decirle nada. (Adaptación de un cuento oriental)